Noche
gloriosa la vivida en esta novena cata celebrada el 23 de octubre, justo cuando
se cumplían 6016 años desde la creación del Universo según los cálculos del
reverendo James Ussher (arzobispo de Armagh) y de John Lightfoot(vicerrector de
la Universidad de Cambridge). Es lo que pasa por desayunar chinchón con
sobaos...
Lamentamos profundamente la
ausencia de nuestro compañero Elmo Reno más que nada por la escasez de pan con
el que acompañar el condumio. Por lo demás como si se la pica un pollo.
Le metimos un buen repaso a las
Rías Baixas y sus albariños. El Maior de Mendoza sobre lías 2011, bodega
que debe su nombre al primogénito del clan de los Mendoza del Valle del Salnés,
vino elegante, fresco y sabroso. Gustó mucho el Pazo Baion 2010, con crianza
también sobre lías (ya tendríais que saber lo que significa lías,
pero podéis consultarlo en la Vinopedia). Se mostró complejo, muy largo,
mineral y con la botella te puedes hacer una lámpara para la mesa de la salita,
se aprovecha todo. El tercer albariño nos llegaba desde Cambados, el Albariño
de Fefiñanes 2011, el más fresco de todos, flores, fruta blanca, acidez,…
El cuarto blanco fue totalmente distinto a éstos, el Abel Mendoza Malvasía
2011, con fermentación en barrica. Este riojano no gustó al personal por el
predominio de la madera sobre todo lo demás que se fue acentuando con el paso
del tiempo.
Dimos buena cuenta de la
ensaladilla locomotiv que llegó in extremis cuando algún vinocrossista había
empezado ya a comerse el mantel de papel.
Para los tintos nos decantamos
por enfrentar dos vinos clásicos de Rioja y Ribera con otros dos de iguales
denominaciones y corte más moderno. ¿El resultado? Nos pimplamos las cuatro
botellas, qué pregunta. Con todo un Prado Enea Gran Reserva 2004 de Muga
nos llevamos la primera en los dientes. Un vino con muchos aromas terciarios y acidez, algo que no podía fallar, pero
que no mostró nada más, demasiado evolucionado para todos excepto para
Garnachastontas que le hizo la ola. El otro "clásico" fue el Pesquera
Reserva 2008, un Ribera que nos despistó y se mostró estructurado, frutal y
complejo, un muy buen vino. También gustaron mucho el Sierra Cantabria Cuvee
2008, redondo, amable y largo y el Dehesa de los Canónigos 2008,
otro tintorro del que merece la pena tener una pequeña partida en casa de 6.000
botellas por si llega el invierno nuclear.
Y aquí otorgamos nuestro primer HUEVO DE ORO, en este caso al
conejo en salsa que nos preparó Granito, que estaba bueno, pero lo que se dice
bueno de verdad.
Para rematar la noche nos esperaba el Itsamendi Urezti 2008,
vino dulce de vendimia tardía de la bodega Itsasmendi. Inspirándose en los
grandes vinos de Sauternes, Balsac y Jurançon empezaron a elaborarlo hace ya
unos años dejando sobremadurar la uva en la propia viña consiguiendo más
concentración de azúcares (corre el rumor de que en realidad cogieron tal
cogorza en fiestas de Gernika que se les olvidó vendimiar esa parcela y se
encontraron a últimos de noviembre sin saber qué hacer con esa uvas)
Gran vino, como todos los que hace esta bodega lleno de aromas a miel
y cítricos con un paso por boca untuoso, ácido y dulce, pero sin cansar y que
además se acompañó de maravilla al cake con mermelada de calabaza y el queso
que nos sirvió de postre.
Pues otro HUEVO DE ORO que le endiñamos a este vino y
aprovechamos para invitar formalmente a Garikoitz Ríos (que sabemos que es fiel
admirador de este blog) a venir a una cata al txoko para conocer la
mundialmente famosa ensaladilla locomotiv y nosotros el Artizar y el Eklipse
de los que nos han llegado excelentes críticas (y si trae el resto de sus
vinos tampoco vamos a protestar)
Próxima cata el 15 de noviembre que dedicaremos a los champán (véase champán
en la vinopedia) y la monastrell y discutiremos sobre cuántas botellas
de clarete le hicieron beber a Felix Baumgartner para convencerle de que se
tirara desde la estratosfera disfrazado de muñeco Michelin.
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