lunes, 30 de enero de 2012

5ª Cata Club La huevera

Tres cuartos de entrada en el Granitxoko (y eso que era medio día del club) para esta 5ª cata. 10 valientes 10 que llevaban 2 meses esperando desde la última edición, sedientos de conocimientos y sobre todo de la otra sed.
Se empezó como siempre con los blancos. Un poco cerrados en nariz al principio, pero ya se distinguía perfectamente el guwertmintra, digo el tregurtztrena...como se diga, vamos, el alemán. Algo dulzón, sobre todo al compararlo con los demás de la mesa, aromático y largo en boca con un fondo mineral. El Vallegarcía con predominio de la madera en el final del paso por boca, untuoso, buen vino, pero que no terminó de convencer a la Cátedra. Gustó el Jurançon, Peyre d'Or, la primera AOC francesa y el vino con el que mojaron los labios a Henri IV, rey de Navarra en su bautizo en Pau(el que hizo algo más que mojarse los labios fue su padrino, pero la curda que cogió forma parte de otra historia). Buena nariz(el Jurançon, no el padrino) con toques de miel, corteza de naranja, pomelos,...buena acidez.

El triunfador de la noche en cuanto a los blancos se refiere y galardonado con el Huevo de Oro fue el Gran Angular, vino del Penedés de la bodega Mas Comtal y la variedad Incroccio Manzoni. Parece ser que el tal Incroccio, medio primo tercero de nuestro compañero vinocrossista Fabrizzio Tzuzzini hizo hace unos cuantos años un injerto de riesling y pinor blanc y le salió esta casta. No está nada mal para ser filatélico el pavo. Un vino seco, de marcada acidez, equilibrado y muy largo en boca. Muy bueno.
Acompañamos estas maravillas con las ya clásicas ensaladilla rusa, granitoensalada y pan para exportar.

Con los tintos ya se veía que lo íbamos a tener más difícil, pero enseguida hubo unanimidad respecto a la identificación del Carmenere chileno, el Casa Silva que pasó sin pena ni gloria(algo se comentó de sobaco de vaca frisona). Al Gran Colegiata 2004 también se le vio el plumero: bastante evolucionado, color más teja y aromas marcados de frutos rojos y cueros. Un Toro ya domado por los años, pero con carácter, bien por él. Hubo discusión hasta el final por distinguir el Félix Azpilcueta Colección Privada del Dominio del Bendito, se cruzaron apuestas, uno se jugaba el caserío y 20 vacas, pero al final se evitaron tragedias y se destaparon las botellas.
El otro gran triunfador y merecedor del Huevo de Oro fue el 5/X de Capcanes de la variedad Pinot Noir: vino limpio, con flores(¿violetas?), moras y un fondo delicado de cuero en nariz. Paso por boca agradable, redondo, sin aristas y muuuuuuy largo. Un vinazo, fino y con personalidad.
Pa'meternos entre pecho y espalda estos tintorrazos degustamos un poquito de queso y unas albóndigas de bonito en salsa que estaban para chuparse los dedos cortesía de Merlot Kapitania. Aseguraba que las había hecho él mismo, pero le creímos tanto como al capitán del Costa Concordia.
De remate un Oporto, un Taylor's LBV que estaba de muerte. Parecían tontos los ingleses cuando se fueron p'allá como quien no quiere la cosa y se hicieron dueños de todas las bodegas.