Como no podía ser de otra manera se celebró a lo grande
la entrada de la primavera con una nueva cata en el Granitxoko(la cosa
era celebrar, porque nos daba igual la entrada de la primavera que el
198 aniversario de la victoria del ejército chileno a las órdenes del
general O'Higgins frente a las tropas reales mandadas por el general
Gabino Gaínza en los campos de Membrillar).
Diez
vinocrossistas bien presentados, con trapío, grandes anchuras, pero
reservones que caían sobre el pitón derecho y que al final cantaron su
mansedumbre ante los vinazos que tuvieron la ocasión de catar gracias a
Ander Uribe, experto conocedor del mundo del vino y miembro del equipo
de Vinos Singulares, prestigiosa distribuidora de grandes bodegas.
Tan
exquisito es el trato que dispensan a sus productos que trajo las
botellas envueltas en camisas de neopreno para prevenir la peligrosa tendinitis pimplante, conocida coloquialmente como codo de vinocrossista, lesión de los músculos y tendones del codo causados por sobreesfuerzo en el noble y saludable arte del vinocross(ver vinocross en la vinopedia)
Empezamos
por los blancos tras una breve explicación de Ander que consiguió que
nadie se durmiera, toda una proeza. Ahí estaba el Quíbia 2010,
tímido en nariz, vino curioso de Premsal y un importante porcentaje de
la uva tinta autóctona balear Callet, y que dejaba un muy agradable paso
por boca. El Wittmann 2010, Riesling trocken de Rheinhessen gustó mucho. Muy aromático, fresco y con una marcada acidez. También disfrutamos del Casanova Maxima 2010 un ribeiro mezcla de Treixadura y Godello con crianza sobre lías(ver lías en la vinopedia).
El triunfador entre los blancos y merecedor del primer Huevo de Oro de la noche fue el Gran Ardeche 2009,
un Chardonnay borgoñés con mucha categoría. Aromas agradables de flores
y fruta y tonos lácteos y ahumados de su paso por barrica(estuvo un
verano de au-pair en esta localidad costera de Bizkaia), buena entrada
en boca donde aparecían un sinfín de matices cremosos y cítricos, y con un final largo. Lástima no tener un par de hectáreas por allí.
Estos
4 vinos acompañaron perfectamente e incluso fueron ganando al servir el
primer plato: la clásica ensaladilla locomotiv, el fantástico salmón
ahumado de Keia y unas cagarrutas de pollo cortesía de Granito y de El Txe Makabeo
Con
el estómago ya apaciguado y la lengua un poco suelta pasamos a
enfrentarnos a los tintorrazos, de nuevo una magnífica selección. El Victoria 2009,
Syrah australiano con sus aromas característicos a aceitunas negras y
regaliz, vino con carácter y nervio, jooooder qué bueno estaba. El Traslanzas 2006,
Tinta Fina de Cigales muy bien elaborado, tonos elegantes de la madera,
estructurado y buena acidez. Ejemplo de que se también se hacen buenos
tintos en esta denostada zona(¿qué coño querrá decir denostada?). Una
pena que sólo hagan 10.000 botellas porque andamos buscando vino para la
comida de la cuadrilla y con esas íbamos a andar un poco justos. Todo
un señor vino el Iohannes 2006 del Penedés, elegante y complejo, más chulo que un cortapichas. Parecía predominar la Cabernet Sauvignon sobre la Merlot(ver merlot en
la vinopedia), pero en buena armonía. Tonos especiados, pimiento verde,
fruta madura, concentración...y ni rastro de los mejillones en
escabeche que encontraba nuestro compañero Luis Anselmo Nastrell(al
pobre se le olvidó tomar ayer la medicación). Ya vimos que no hace falta
ir hasta Burdeos para probar un buen Q-pas(coupage para los que no
sabéis francés) de estas castas. Aunque si hay que ir se va, por huevos
va a ser.
El triunfador entre
los tintos, sin desmerecer ninguno de los otros que también estaban
fantásticos, y merecedor del otro Huevo de Oro fue el Cerrogallina 2009,
monovarietal de Bobal que sorprendió gratamente al personal. Muy
aromático, con fruta, madera muy bien trabajada y largo en boca.
Perfecto para acompañar la famosa paella de pato de nuestro socio del
txoko el Sr. Mallorca.
Degustamos estos elixires con albóndigas en salsa, queso Idiazabal de categoría y así como 40 barras de pan.
Para rematar la noche nos esperaba el Hechizo,
Moscatel de Jerez impecable de precioso color dorado, muy untuoso y
rico del que dimos cuenta con tarta de manzana y cake de pasas y nueces.
Grandiosa noche gracias a la colaboración de Vinos Singulares y en particular de Ander. ESKERRIK ASKO
PD. Nos quedamos un poco preocupados por la desgana del Flaco Quiñones que apenas probó la ensaladilla locomotiv. Además se os recuerda que la próxima cata será el 12 de abril jueves, con el tema "Vinos de Alaska y zonas limitrofes".